La primera fotografía que se conoce actualmente de México data de 1839 y fue tomada en el puerto de Veracruz pero no fue hasta la llegada del segundo Imperio Mexicano cuando la fotografía en este país se empezó a popularizar.
Tras la caída del fugaz imperio el fotógrafo oficial de la corte llamado François Aubert realizó una fotografía del cadáver embalsamado del Emperador Maximiliano después haber sido fusilado junto con dos de sus generales convirtiendo en esta imagen en una de las primeras fotografías mortuoria que se conservan de México, posteriormente el cadáver embalsamado del General Tomás Mejías fue fotografiado sentado en una silla dentro de su casa a causa de que su esposa no contaba con los recursos para darle un digno funeral.
Para finales del siglo XIX y principios del XX la popularidad de este tipo de rito era algo muy habitual, tanto que dentro de los servicios de muchos fotógrafos incluían la practica de fotografiar a los difuntos por una cierta cantidad de dinero, dos de los fotógrafos mexicanos que más destacaron en esta línea fueron Juan de Dios Machain y Romualdo García.
Fotografías Mortuorias en México
1850 - 1920
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