Una navidad de locos (Christmas with the Kranks) es una película de comedia familiar del 2004 dirigida por Joe Roth. Se trata de una adaptación de la novela Skipping Christmas escrita por John Ray Grisham. Protagonizada por Tim Allen y Jamie Lee Curtis, el trama se centra en Luther y Nora, un matrimonio cuyo viaje planeado hacia un crucero en plena víspera de navidad se ve interrumpido tras una llamada de su hija.
La historia gira entorno a Luther y Nora Krack, aprovechando la ausencia de su hija (Blair) que se encuentra en Perú con su novio Enrique, Luther intenta convencer a su esposa saltarse la navidad e irse de vacaciones a un crucero por el Caribe. Sin embargo, en un principio Nora no comparte el mismo entusiasmo de su esposo de escapar juntos de una tradicional navidad. Mientras los días avanzas, Nora empieza a recapitular la idea del viaje y termina por aceptar la propuesta de Luther. La decisión de los Kracks de no festejar por primera vez la navidad empezaba a fastidiar cada vez más a los vecinos, sobre todo al Sr. Vic Frohmeyer, quien estaba dispuesto a lo imposible para hacerlo cambiar de opinión y obligarlo a poner como decoración navideña a Frosty, un muñeco de nieve que los Kracks tenían guardado en el sótano.
Durante la mañana de la víspera de navidad, Luther y Nora se encuentra empacando para su viaje en el caribe, una inesperada llamada de su hija les arruinan sus planes a último momento. Blair les avisa que se encuentran viajando junto con su novio Enrique y que aterrizarán en el aeropuerto a las 8:03 p.m, justo a tiempo para llegar a la a la fiesta anual de noche buena. Nora al ser incapaz de decirle sus verdaderas intenciones, se ve obligada a mentirle diciéndole que tiene todo preparado para la fiesta navideña que años tras años suelen festejar. Luther y Nora se ven envuelto en un caos intentando conseguir todo lo necesario para la fiesta a última hora. Mientras tanto, en un acto de solidaridad por parte de sus vecinos causado por el aprecio que todos sentían por Blair, decidieron unirse para ayudarlos a organizar su fiesta navideña.
Blair en compañía de su novio finalmente llegan a casa y son recibidos con un mucho entusiasmo por parte de sus padres y todo el vecindario. Rodeados de alegre música y buena comida, todos disfrutaban de la fiesta a excepción de Luther, en su mente aún conservaba la idea de irse de viaje al crucero en el Caribe. Después de una pequeña discusión con su esposa respecto al viaje, Luther empieza recapacitar sobre su actitud egoísta, a último momento decidió hacer un gesto bondadoso al obsequiar el par de boletos reservados a su vecino Walt Scheel y a su esposa Bev.
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