Victoria de Prusia: de la opulencias de la realeza, hasta sus últimos días en la pobreza

Victoria de Prusia (Friederike Amalia Wilhelmine Viktoria) fue una figura destacada de la realeza europea, fue la quinta de los hijos del emperador Federico III de Alemania y de la princesa Victoria del Reino Unido, por ende fue nieta de la reina Victoria. Nació el 12 de abril de 1866 en Potsdam, Reino de Prusia, en un momento de gran transformación para Alemania cuando se encontraba a las puertas de convertirse en un imperio unificado. Victoria creció en un ambiente privilegiado  y su formación fue de manera rigurosa al igual que el resto de sus hermanos. 


Uno de los episodios más apasionantes de su vida fue cuando se enamoró del príncipe Alejandro de Battenberg. Aparentemente su amor era verdadero y sincero pero la unión entre ambos era vista con desaprobación por miembros de su misma familia. Tanto su abuelo, el emperador Guillermo I, y sus hermanos mayores se opusieron fervientemente a este enlace, considerando que el príncipe búlgaro no era un partido suficientemente bueno por ser descendiente de un matrimonio morganático. A pesar del dolor de renunciar al amor de su vida, Victoria se resignó a su destino y contrajo matrimonio con el príncipe Adolfo de Schaumburg-Lippe el 19 de noviembre de 1890. La pareja se estableció en el Palacio Schaumburg, en Bonn. No obstante, la felicidad que esperaba encontrar se vio ensombrecida por la soledad y la ausencia de su esposo, quien pasaba largas temporadas lejos debido a sus obligaciones militare. A pocos meses de encontrarse embarazada tuvo un aborto espontáneo que la dejó para siempre sin la posibilidad de volver a concebir un hijo. 


En 1927, cuando la princesa victoria tenía 61 años de edad, contrajo matrimonio morganático  con Alejandro Zoubkoff, un hombre ruso 35 años menor que ella, Zoubkoff decía ser un barón que había escapado de la revolución rusa. Sin embargo, el joven ruso pronto demostró ser un farsante vividor interesado únicamente en el dinero y la posición social de su esposa para intentar sacar algún tipo de provecho. Fue en ese entonces que Victoria, desesperadamente decidió iniciar los trámites de divorcio, sin embargo, su salud se deterioró rápidamente sin lograr divorciarse oficialmente de su segundo esposo. Finalmente, la princesa Victoria de Prusia murió el 13 de noviembre de 1929 a los 63 años de edad por neumonía. En bancarrota y abandonada fue como pasó sus últimos días de vida, su cuerpo fue sepultado en el Castillo Friedrichshof.





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