Xenia Aleksándrovna de Rusia (Ксения Александровна Романова) nació el 6 de abril de 1875 en el palacio de Aníchkov ubicado en San Petersburgo durante el Imperio Ruso. Fue la hija mayor de la emperatriz María Fiódorovna Románova y el emperador Alejandro III de Rusia. La Gran Duquesa pasó la mayor parte de su infancia y juventud en en el Gran Palacio de Gatchina , lugar donde sus padres preferían vivir por cuestiones de seguridad. Al igual que el resto de sus hermanos, Xenia recibió una educación sumamente completa bajo la tutela de profesores privados. Además del ruso, dominaba diferentes idiomas como el inglés, el francés y el alemán. Su formación no se limitaba solo al aprendizaje de idiomas, sino también se adentraba en las artes, como la pintura, la música, se cuenta que también disfrutaba la creación de marionetas. Su educación incluía, además, habilidades prácticas como la cocina y la ebanistería. La finca de Gatchina fue el escenario perfecto para desarrollar su pasión por la equitación y las actividades al aire libre.
En la década de 1880, durante su infancia, Xenia conocería al que sería su único amor de toda su vida, desde pequeña, estaba profundamente enamorada de su primo segundo, el gran duque Alejandro Mijáilovich, quien era 10 años mayor que ella. Alejandro Mijáilovich, quien también era amigo cercano de su hermano Nicolás, creía que estaba destinado a convertirse en su futuro esposo. Cuando Xenia tenía 15 años, ambos querían casarse, pero sus padres no lo permitieron ya que consideraban que su hija aún era demasiado joven para el matrimonio. Finalmente, los padres de Xenia aceptaron el compromiso, gracias a la intervención de Miguel Nikoláyevich, padre de Alejandro. La pareja se casó el 6 de agosto de 1894 en la iglesia del Gran Palacio de Peterhoff, del matrimonio nacieron cinco hijos (Irina, Andrés, Fiódor , Nikita, Dmitri, Rostislav y Vasili). Xenia demostró un profundo compromiso social a lo largo de su vida. Fue miembro activo de la Asociación Patriótica de Mujeres y patrona de la Sociedad de Guarderías de San Petersburgo, donde dedicó parte de su tiempo a cuidar de los niños de familias trabajadoras. Su interés por los hospitales para pacientes con tuberculosis en Crimea, posiblemente influenciado por la enfermedad de su hermano George, refleja su sensibilidad ante el sufrimiento humano y su deseo de ayudar a los más necesitados. Durante la primera guerra mundial, disponía de su propio tren hospitalario y abrió un sanatorio para los heridos, También dirigió un instituto que proporcionaba prótesis a los mutilados.
La Revolución Rusa marcó un antes y un después en la vida de Xenia. En 1919, tras el derrocamiento de la monarquía y la ejecución de la familia imperial se vio obligada a buscar refugio junto a su madre y sus hijos en Dinamarca, mientras que su esposo Alejandro se instaló en Francia junto a su hijo mayor. Su relación con su esposo se fue distanciando cada vez más pero nunca se divorciaron, y aunque cada uno tomó diferentes caminos, Xenia jamás dejó de amarlo. En 1925, la duquesa pasaba por un mal momento financiero, su primo Jorge V, que en ese momento era el Rey del Reino Unido, le permitió que se estableciera en la residencia Frogmore Cottag en Windsor. No obstante, Xenia seguía viajando a Dinamarca para visitar a su madre, quien vivía en Hvidøre, la casa que su madre había comprado con su hermana Alejandra en la costa, al norte de Copenhague.
En 1928, su madre había enfermado gravemente y por consecuencia falleció el 13 de octubre, posteriormente, Xenia vendió la residencia y las joyas de su madre para obtener ingresos y de esta manera, equilibrar su situación financiera. El 26 de febrero de 1933, su esposo Alejandro murió en el poblado de Roquebrune-Cap-Martin, en Francia, tras la lamentable noticia, Xenia y sus hijos viajaron hasta Francia para asistir a los eventos funerarios. Desde marzo de 1937, Wilderness House, ubicada en los terrenos del palacio de Hampton Court, se convirtió en su hogar donde vivió tranquilamente el resto de su vida. La Gran Duquesa Xenia Aleksándrovna de Rusia murió el 20 de abril de 1960 a los 85 años de edad. Respetando su voluntad, sus restos mortales fueron llevados al cementerio de Roquebrune, en el sur de Francia, donde descansan junto a los restos de su esposo.
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