Durante los siglos de existencia de la iglesia católica, numerosos son los enigmas y misterios que rodean su larga historia. Uno de los más peculiares y al mismo tiempo siniestro, es el de los cuerpos incorruptos exhibidos en sus catedrales y templos. Los cuerpos incorruptos son aquellos que después de la muerte logran mantenerse en un buen estado de conservación sin nunca haber pasado por un procedimiento de embalsamamiento o momificación . Esta conservación puede durar décadas, siglos, e incluso milenios. A lo largo de la historia de la iglesia, se han registrado numerosos casos de cuerpos incorruptos asociados a figuras religiosas, como santos y beatos.
La Iglesia Católica ha otorgado a este fenómeno un especial significado, considerando que esta condición es un signo de santidad, una manifestación de la gracia divina que ha preservado el cuerpo como un testimonio de la vida virtuosa del individuo. Estos cuerpos son venerados como reliquias sagradas siendo exhibidas en diferentes templos dentro de vitrinas o urnas. Las siguientes imágenes son solo algunos de los casos más conocidos y venerados de cuerpos incorruptos que se encuentran en diversas iglesias y santuarios alrededor de Eurpoa:
Santa Catalina de Siena: nació el 25 de marzo de 1347 en Italia, esta mística italiana, canonizada en 1461, es otra de las santas cuyo cuerpo se encuentra conservado en la iglesia de Santa María sopra Minerva en Roma, desde hace siglos ha sido objeto de devoción y asombro debido a su preservación que se atribuye a la gracia divina.
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