Espada de San Galgano : la autentica espada en la piedra

La clásica imagen de una espada clavada en una piedra ha sido a lo largo de mucho tiempo un gran símbolo de legitimidad y destino. Asociada a menudo al rey Arturo y su famosa Excalibur, esta inspiradora escena, encuentra un conexión en la realidad histórica gracias a la espada de San Galgano. San Galgano Guidotti fue un joven noble del siglo XII,  cuya vida dio un radical giro tras consagrarse a Dios después de experimentar una profunda experiencia mística y religiosa. Como símbolo de esta renuncia a la vida mundana y a los bienes materiales, clavó su espada en una roca en la cima del monte Montesiepi, cerca de Siena, Italia. Según la leyenda, este acto milagroso lo tomó como una señal que marcó el inicio de su nueva vida como un ermitaño al servicio a Dios.


Actualmente, hasta el día de hoy, la antigua espada aún se puede apreciar con su filo dentro de la piedra, se encuentra en la rotonda románica de Montesiepi,  una antigua iglesia situada en la provincia de Siena en  Italia, que con el pasar de los años ha convertido en un importante destino para miles peregrinos. La espada de San Galgano a pesar de que comparte muchas similitudes con la mítica Excalibur, cabe destacar que ambas contienen historias totalmente independientes con orígenes y significados diferentes, siendo esta última parte de sólo una popular leyenda. 

Durante siglos, se llegó a cuestionar mucho sobre la autenticidad de la espada. Sin embargo, para esclarecer de una vez por toda la verdad, en el 2011 se realizó un exhaustivo análisis  realizado  por el investigador Luigi Garlaschelli. Los estudios revelaron la composición del metal y el estilo de la espada son completamente compatibles con la época en que se sitúa la leyenda. Este estudio confirmó no solo la autenticidad de la pieza, sino también que las partes superior e inferior de la espada pertenecen al mismo artefacto original. Además, un análisis de radar de penetración en el suelo reveló la existencia de una cavidad subterránea, de aproximadamente dos metros por uno, que se cree que podría ser el lugar de descanso final del caballero.



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