María Eulalia Francisca de Asís, nació el 12 de febrero de 1864 en el Palacio Real de Madrid como infanta de España. Fue la hija menor de la reina Isabel II de España y del Rey Consorte Francisco de Asís de Borbón. No obstante, a lo largo de la historia, se ha puesto en duda su verdadera paternidad, señalando a Miguel Tenorio de Castilla, quien fungió como secretario personal de la Reina, como posible padre biológico, esto ha generado diversas teorías y especulaciones a lo largo del tiempo. Tras el derrocamiento de la monarquía ocasionado por la revolución de 1868, Eulalia y su familia se vieron obligados a refugiarse en París, donde se establecieron en el palacio de Castilla. Su educación se llevó a cabo en el colegio del Sagrado Corazón, y además del español, Eulalia fue capaz de dominar múltiples idiomas como el francés, inglés, alemán y el italiano.
Durante la restauración de la monarquía en 1874, su hermano, Alfonso XII ascendió al trono, pero no fue hasta en 1876, cuando la infanta Eulalia regresó a España estableciéndose en un principio en El Escorial, para luego trasladarse al Alcázar de Sevilla y, finalmente, regresar a Madrid. El 6 de marzo de 1886, a los 22 años de edad, contrajo matrimonio con su primo hermano, el infante Antonio de Orleans y Borbón, futuro duque de Galliera, Su matrimonio con Antonio, al tratarse solo de un acuerdo derivado de una promesa que le había hecho a su hermano Alfonso, su unión desde un principio fue un total fracaso, ocasionando que cada uno tuviese una vida extramarital, pero a pesar de todos los problemas conyugales que conllevó su unión, lograron procrear tres hijos (Alfonso, Luis y por último Roberta, quien lamentablemente nació muerta en marzo de 1890). En 1893, con motivo a la conmemoración de IV centenario del descubrimiento de América, el presidente estadounidense Stephen Grover Cleveland extendió una formal invitación a la Familia Real Española para que asistiera a la Exposición Universal de Chicago. Esta invitación planteó todo dilema para el gobierno español, debido a las tensas relaciones con Estados Unidos y la ausencia de visitas de la monarquía española a la antigua América hispana a lo largo de la historia. Finalmente se aceptó la cordial invitación, y en 1893, designaron a la Infanta Eulalia como digna representante de la corona española para el histórico viaje, que incluía escalas en Cuba y Puerto Rico, territorios que en ese entonces aún se encontraban en dominio español.
En 1900, su matrimonio había colapsado, lo que la obligó a separarse de Antonio definitivamente, tras la ruptura, se estableció junto a su madre en Francia. Su divorcio provocó un escándalo considerable, ya que era la primera vez que un miembro de la familia real española tomaba esta decisión. A pesar de la controversia, Eulalia mantuvo su independencia y continuó viviendo su vida según sus propios principios y términos. La Infanta Eulalia, se le consideraba una mujer totalmente independiente dotada de ideas renovadoras para su época. A lo largo de su vida, escribió y publicó múltiples obras, entre la más destacada y polémica fue el libro titulado Au Fil de la Vie, publicada en Francia en 1911 bajo el seudónimo de 'Condesa de Ávila'. Este libro, al ser catalogado de carácter liberal, fue prohibido en España por su propio sobrino, el rey Alfonso XIII. Después de su divorcio, Eulalia jamás volvió a casarse, sin embargo, diferentes historiadores le han adjudicado varios amoríos a lo largo de su vida. Dada su naturaleza independiente, viajó a diferentes partes de Europa, estableciendo estrechas relaciones con importantes figuras de la época, incluyendo a Carlos primero de Portugal, con quien se rumora que mantuvo un romance por un tiempo. Asimismo, conoció a Nicolás II de Rusia y desarrolló una estrecha amistad con Guillermo II de Alemania. Desde mi 1939, Eulalia se estableció de manera permanente en Irún, en donde el gobierno de Francisco Franco puso a su disposición un coche con todo y chofer de por vida. Finalmente, la infanta Eulalia, falleció a los 94 años de edad el 8 de marzo de 1958. Fue sepultada en el panteón de infantes del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial. Además, se convirtió en la última nieta de Fernando VII de España en fallecer.
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