Isabel de Wied: la primera reina de Rumania

Paulina Isabel de Wied (Pauline Elisabeth Ottilie Luise von Wied) nació el 29 de diciembre de 1843 en el Castillo de Monrepos, en Neuwied, en el Ducado de Nassau. Creció en un entorno real dentro de una familia noble alemana. Fue la hija primogénita de la princesa María de Nassau, y del príncipe Germán de Wied. Isabel Desde temprana edad, Isabel mostró una inclinación hacia las artes; poseía una notable destreza en el dominio del piano, y buenas aptitudes para el canto. Además, tenía habilidades para la pintura y para el arte de la iluminación. No obstante, fue su inmensurable imaginación la que la condujo hacia la senda de la literatura, inclinándose particularmente por la poesía, el folclore. Durante su adolescencia, Isabel fue considerada una candidata idónea para casarse con el Príncipe Eduardo VII del Reino Unido, hijo heredero de la reina Victoria. Sin embargo, el príncipe no mostró interés por ella, y éste terminó por unirse en matrimonio con Alejandra de Dinamarca.


En 1861, durante su estancia en Berlín, fue donde conoció a su futuro esposo, el príncipe Carlos de Hohenzollern-Sigmaringen (Carlos I de Rumania), hijo menor de Carlos Antonio y de Josefina Federica de Baden. Por línea materna, era nieto de Estefanía de Beauharnais, y primo Napoleón III. La pareja se casó el 15 de noviembre de 1869, en Neuwied. Al año siguiente, concibieron a su única hija, la princesa maría, quien por desgracia enfermó de escarlatina y falleció a los 3 años de edad, en abril de 1874, una lamentable perdida que la marcará por el resto de su vida. Tras la Guerra Ruso-Turca iniciada en 1877, la Reina Isabel desempeñó un papel fundamental en la atención de los heridos. En reconocimiento a la labor humanitaria, fundó la Orden de Isabel, destinada a honrar a individuos destacados por sus servicios en este ámbito. Adicionalmente, impulsó la educación superior para las mujeres rumanas y estableció múltiples sociedades de beneficencia. Isabel se convertiría en una figura pionera en la defensa de los derechos de la mujer durante el siglo diecinueve. Además de su activismo en este ámbito, demostró un notable compromiso social al fundar la Sociedad Nacional para Ciegos y fue la primera real patrona de la Cruz Roja Rumana. Con la proclamación de Rumania como reino en 1881, su esposo ascendió al trono, en ese momento, Carlos e Isabel se convirtieron en los primeros reyes en gobernar Rumania.


Ese mismo año, ante la ausencia de un heredero, El rey Carlos decidió adoptar a su sobrino Fernando de dieciséis años, y de esta manera asegurar la sucesión al trono rumano. Posteriormente, su sobrino Fernando, empezó a desarrollar una relación amorosa con Elena Văcărescu, una de las damas de compañía más cercana a Isabel. Mientras tanto, Isabel conociendo perfectamente la prohibición constitucional de dicha relación, consintió y alentó este romance. En consecuencia del escándalo que provocó aquél amorío, Isabel se vio obligada a exiliarse durante un periodo de dos años. A lo largo de su vida, Isabel también mostró un gran talento para la escritura. Bajo el seudónimo de Carmen Sylva escribió obras que abarca diversos géneros literarios, incluyendo poesía, obras teatrales, novelas, cuentos, ensayos y colecciones de aforismos, entre otros. Además de escribir un gran número de obras originales, dio forma de manera literaria a numerosas leyendas populares que circulaban en el campesinado rumano. Isabel era conocida por poseer una personalidad romántica y soñadora, mientras que su esposo era totalmente frío y meticuloso. A causa de este contraste, sumando la pérdida de su hija, su relación con Carlos fue cada vez más distante a lo largo de su matrimonio. Sin embargo, hacia el final de la vida de Carlos, la pareja logró comprenderse mutuamente, y se dice que se convirtieron en buenos compañeros.


Dos años después de la muerte de Carlos, Isabel de Wied falleció a los 72 años el 2 de marzo de 1916, sus restos reposan junto a los restos de su hija y su esposo, en la Catedral de Curtea de Arges, En Valaquia, Rumania. A causa del contraste de personalidades entre Isabel y su Esposo, su relación con Carlos fue distante durante gran parte de su matrimonio. Sin embargo, hacia el final de la vida de Carlos, lograron comprenderse mutuamente y se dice que se convirtieron en buenos compañeros. Su posición como reina consorte de Rumanía finalizó con el fallecimiento de su esposo en octubre de 1914. Casi dos años después, Isabel de Wied falleció a los 72 años el 2 de marzo de 1916, en Bucarest. Sus restos reposan en la Catedral de Curtea de Arges, junto a los restos de su hija y su esposo.

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